El alcohol afecta el ADN de los jóvenes
Es miércoles y se acerca el fin de semana. ¿Ya sabes qué vas a hacer? Para muchos, viernes y sábado son para salir de fiesta, lo cual involucra necesariamente una cosa: tomar. Los efectos del alcohol son ya bastante conocidos. Entre los positivos está su capacidad para reducir nuestras inhibiciones y ayudarnos a pasar un mejor momento; entre los negativos, la famosa cruda o resaca del día siguiente o la aparición de una desagradable barriga cervecera con el paso de los años.
Una nueva desventaja parece sumarse a la lista que ya conocemos, específicamente para los jóvenes que suelen tomar alcohol los fines de semana. Científicos de la Universidad del País Vasco y de la Universidad Autónoma de Nayarit han concluido, en un estudio preliminar, que este tipo de consumo de alcohol puede afectar el ADN.
La curiosidad por llevar a cabo este estudio surgió un lunes por la mañana. La científica Adela Rendón se dio cuenta del aspecto demacrado y desinteresado que muchos de los asistentes jóvenes mostraban en una de sus conferencias, por haber estado tomando durante el fin de semana. Entonces, decidió investigar cuáles eran los efectos del consumo de alcohol durante esos días, algo que los jóvenes pueden calificar como “sin importancia”.
Desde un principio, los investigadores esperaban encontrar oxidación. La oxidación es un proceso normal del cuerpo que, de no combatirse, promueve el envejecimiento prematuro y la aparición enfermedades. Los resultados, sin embargo, los sorprendieron. Adela Rendón y su equipo se dieron cuenta de que, en su experimento, los muchachos que tomaron alcohol (1.5 litros) durante el fin de semana reportaron el doble de oxidación que aquellos que no lo hicieron. Además, el ADN reportó daños en 44% de las células de quienes tomaron alcohol, en comparación con solo el 8% de quienes permanecieron sobrios. El consumo excesivo de alcohol es un problema global, y es el responsable de 2.5 millones de muertes por año de acuerdo a la OMS.
Fuente:
Universidad del País Vasco (2013). Alcohol leaves its mark on youngsters’ DNA.