¿Por qué no existen insectos gigantes?
Animales que mutan y se vuelven gigantes son un tema bastante recurrente en películas de horror. Obviamente sabemos que todo eso es ficción y que realmente nunca podría suceder. Sin embargo, la pregunta sigue siendo válida: ¿por qué no existen insectos gigantes?
¿Por qué no existen insectos gigantes?
Los insectos gigantes no existen porque hay dos mecanismos que regulan qué tanto crecen. El primero controla el ritmo de crecimiento y depende de que la insulina, u otras hormonas similares, le indiquen a las células que crezcan y se multipliquen. El segundo regula la duración del crecimiento, que en los insectos incluye la metamorfosis (como el cambio de larva a mosca o como cuando un gusano se convierte en mariposa).
Un equipo liderado por Christen Mirth, del Instituto Gulbenkian de Ciência, y Alexander Shingleton, de Lake Forest College, investigó ambos procesos en la mosca de la fruta Drosophila. En ella, la primera forma de crecimiento es manejada por la insulina, mientras que la segunda lo está por dos hormonas. Una es la ecdisona, que en niveles elevados lo llevan a atravesar cambios como mudar de piel. La otra es la hormona juvenil (HJ), que en niveles bajos detiene el crecimiento e inicia la metamorfosis. Hasta cierto punto, el tamaño de un insecto puede manipularse modificando estas hormonas.
En su experimento, Mirth y Shingleton criaron moscas deficientes en HJ para comparar sus tiempos y hormonas de crecimiento con los de una mosca normal. Descubrieron que el crecimiento de las moscas deficientes en HJ estaba atrofiado porque crecían más lentamente, mientras que los tiempos de la metamorfosis permanecían constantes. Además, modificar las otras dos hormonas del crecimiento de una mosca puede eliminar el atrofiamiento observado. Aumentar los niveles de ecdisona o prevenir el alto a la producción de insulina, permitiría que una mosca deficiente en HJ alcance su tamaño normal.
Los hallazgos señalan que existe una relación estrecha entre todas las hormonas de crecimiento: la HJ controla el tamaño al regular los niveles de ecdisona, que a su vez modifica los niveles de insulina. Por lo tanto, la HJ actúa como un control sobre las demás hormonas al influenciar sus efectos.
Fuente:
Science (2014). Why Spiders Don’t Grow to Horrific Size.