¿Qué es el jarabe de maíz de alta fructosa?
Panes, galletas, refrescos, salsa catsup, jugos… Tenemos una infinidad de productos que requieren cierta dulzura. El azúcar común (sucrosa) puede ser la primera alternativa que se te venga a la mente para cumplir con ese propósito. Pero también existen otras opciones: miel, jarabe de maple, estevia o xilitol, por mencionar algunos. También existen otros endulzantes, producto de procesos químicos, que no tienen la mejor reputación: Splenda (sucralosa), Canderel (aspartame), Sweet’N Low (sacarina), entre varios. Aunque cada endulzante artificial es un tema en particular para incluso dedicarle una entrada completa, hay uno que brilla sobre los demás porque ha sido relacionado a un sin fin de males, más que sus similares sintéticos: el jarabe de maíz de alta fructosa.
El jarabe de maíz de alta fructosa (JMAF) más común es JMAF 55, y se encuentra en innumerables productos. Para detectar su presencia en un alimento, tan solo en cuestión de leer su lista de ingredientes. El debate inicia cuando se le compara con el azúcar común. El azúcar que conocemos está compuesto en 50/50 por fructosa y glucosa. El JMAF, producido a partir del jarabe de maíz por diferentes métodos químicos, está compuesto en 55% fructosa y 42% fructosa (el 3% restante son otros azúcares).
Eso significa que en el caso del JMAF existen moléculas de fructosa sueltas, libres, listas para ser convertidas en energía, mientras que con el azúcar, como está en equilibrio, debe existir un proceso más para que la podamos metabolizar. Es decir, el cuerpo realmente detecta una diferencia entre el azúcar auténtico y el JMAF.
Sweet Surprise es el sitio que opera The Corn Refiners Association (CRA), la agrupación de la industria moledora de maíz de Estados Unidos. En él, la CRA intenta resaltar el aspecto natural del JMAF, que no es dañino consumido en moderación, y que “el azúcar es azúcar”. A pesar de sus esfuerzos, sin embargo, la mayoría de la evidencia apunta hacia el sentido contrario: el JMAF definitivamente es diferente al azúcar y está relacionado con efectos indeseados en nuestro cuerpo. Y, si es tan malo, ¿por qué se usa tanto? Porque es más barato que el azúcar común, llanamente.
¿Qué efectos tiene el consumo de jarabe de maíz de alta fructosa?
El consumo de JMAF se ha relacionado con obesidad, enfermedades cardiovasculares, diabetes y hepatitis no alcohólica. La evidencia al respecto es contradictoria: mientras unos estudios afirman que el consumir JMAF puede aumentar la probabilidad de padecer estos males, existen otros que sostienen que el JMAF no es nada diferente al azúcar y no se le puede atribuir el aumento de la obesidad más que al azúcar.
Como ejemplo de la primera postura, investigadores de la Universidad de Princeton alimentaron ratas con JMAF a niveles menores de los de una soda común. Todas se volvieron obesas; ni siquiera cuando su dieta es alta en grasas ocurre eso. Además, se descubrió que, en el largo plazo, el JMAF causa incrementos anormales de grasa corporal y triglicéridos.
La CRA se encuentra en la segunda postura: rechaza estos hallazgos y sostiene que el JMAF es comparable al azúcar común. La American Medical Association sugiere que es poco probable que el JMAF contribuya más a la obesidad, u otras condiciones, que el azúcar, pero da la bienvenida a más investigaciones futuras al respecto.
Fuentes:
American Medical Association (2007). The Health Effects of High Fructose Syrup.
Corn Refiners Association (2010). Myths vs Facts.
Health Actually (2011). High Fructose Corn Syrup – Evil Fat Accelerator Or Harmless Scapegoat?.
Princeton University (2010). A sweet problem: Princeton researchers find that high-fructose corn syrup prompts considerably more weight gain.